La figura de Don Pablo de Anda Padilla (1830-1904)

Promotor de artes y oficios en la ciudad de Léon, Gto. Fundador del Santuario de Guadalupe. Se ordenó sacerdote en 1854 en la ciudad de San Luis Potosí. El 19 de marzo de 1885 inauguró el Hospital de San José en el cerro de la Soledad, anexo al Santuario, y al mismo tiempo, fundó la orden religiosa Hijas Mínimas de María Inmaculada, para la atención de los niños huérfanos y desamparados, los enfermos, ancianos y la educación. Las madres de esta Congregación aún siguen al frente del hospital, el más antiguo en servicio de la ciudad, ahora con el nombre de Sanatorio Moderno Pablo de Anda. El padre De Anda está en proceso de canonización.

Historia del Instituto

Es hacia 1850 cuando se comienzan a construir sobre el Paseo las primeras casas de campo del más bello estilo francés por la gente pudiente de la ciudad como Ruperto Campuzano, Pedro Carvajal, Epifanio Jiménez y don Marcelino Rocha. Las personas más distinguidas de Guanajuato comenzaban a poblar la zona. Este último personaje, recordado entre otras cosas por haber sido el introductor del agua potable a las fuentes públicas de la ciudad, fue el que cedió parte de sus propiedades para que se construyera un Colegio, cuya edificación – se estima – fue levantada hacia 1875 por el notable arquitecto José Noriega; en la última década del siglo pasado ya estaba en servicio el plantel educativo.La fundadora fue la benefactora de la ciudad doña Antonia del Moral, quien aportó los primeros recursos económicos. Religiosas de la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús asumieron la dirección entonces conocido como “Colegio de la Presa” o “Colegio del Sagrado Corazón de Jesús” en el que se comenzaron a impartir clases de educación primaria, acompañadas de materias básicas como el piano, pintura y bordado, entre otras. Las primeras alumnas fueron las hijas de las familias extranjeras que vivían en la ciudad, principalmente europeas: italianas, francesas y/o españolas; se trataba de una Institución con internado exclusivo para señoritas. Cuando estalló la Revolución Mexicana en 1910 y fue derrocado el gobierno de General Porfirio Díaz, muchas de las familias europeas que radicaban en Guanajuato regresaron a sus países de origen, quedando abandonado entonces el edificio del “Colegio de la Presa” por varios años. Afortunadamente el Lic. Eduardo Tamariz (hermano de una religiosa) yu otras personas de buena voluntad hicieron gestiones ante el gobierno para que esta institución educativa volviera a funcionar nuevamente a cargo de alguna orden religiosa, ya que así lo había pedido en su testamento la fundadora doña Antonia del Moral. Fue hasta 1921 cuando el centro educativo reabrió sus puertas para impartir únicamente educación primaria, y se le puso el nombre de “Colegio de San Antonio” en memoria de su benefactora; quedo entonces a cargo de las Hijas Mínimas de María Inmaculada, congregación religiosa fundada en marzo de 1886 por el “Siervo de Dios Pablo de Anda Padilla”.